Los robles blancos crecen exclusivamente en Norteamérica y están extensamente distribuidos por la mayor parte del este de los Estados Unidos, en bosques mixtos de frondosas. Como ocurre con el roble rojo, existen muchas subespecies, todas clasificadas como roble blanco, y juntas forman el grupo de especies más común, que representa aproximadamente el 33 % del recurso de frondosas estadounidenses. Los pies son altos y fáciles de identificar por la forma redondeada de sus hojas, que se vuelven marrones en otoño. Los robles blancos también crecen de norte a sur; algunos en las montañas a gran altitud y otros en tierras bajas, lo que da lugar a características diferentes. Por lo tanto, los robles blancos presentan variaciones significativas en función del lugar de crecimiento, en particular entre los pies septentrionales de crecimiento lento y los meridionales, de crecimiento más rápido. Al igual que ocurre con los robles rojos, se consideran sostenibles tanto para consumo nacional como para exportación.

CRECIMIENTO FORESTAL

Los datos del Análisis del Inventario Forestal (FIA) indican que el volumen de madera en pie de roble blanco de los Estados Unidos es de 2 260 millones de m³, un 15,5 % del volumen total de madera en pie de frondosas estadounidenses. El volumen de madera de roble blanco estadounidense en crecimiento es de 40,1 millones de m³/año, mientras que el volumen de extracción es de 20,1 millones de m³/año. El volumen neto (después de la extracción) está aumentando 20,0 millones de m³ cada año. La tasa de crecimiento del roble blanco de los Estados Unidos supera la de extracción en todos los estados proveedores más importantes.