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Centro de música de Strathmore

El yellow birch estadounidense establece el tono para el centro de música.

Construir un centro de arte con el objetivo de reunir a los diferentes miembros de la comunidad es algo común. No obstante, es inusual que los músicos de renombre internacional compartan unas instalaciones de última generación con los jóvenes estudiantes que tocan la tuba por primera vez. Esta fue la visión que tenían los socios del Centro de Música de Strathmore al construir las nuevas instalaciones en Baltimore con los arquitectos William Rawn Associates.



«Para la sala de conciertos nos pareció que era muy importante proporcionar un excelente lugar para espectáculos y conciertos, fueran sinfónicos o más populares, pero también queríamos garantizar nuestro sustento, asegurándonos de que la gente entendiera y apreciara la música. En tiempos difíciles para los sistemas educativos, una de las primeras cosas que se recortan son las artes plásticas y, seguidamente, la música», afirma Mark Grabowski, vicepresidente ejecutivo de operaciones del Strathmore. El Centro de Música no es solo el segundo hogar de la Sinfónica de Baltimore y otros grupos profesionales, como la Sociedad de Artes Escénicas de Washington y la Filarmónica Nacional, sino que también ofrece una salida educativa para la Escuela de Música Levine y las Orquestas Juveniles Clásicas de Maryland, entre otras organizaciones juveniles de música.



Los expertos en acústica sugirieron que la sala se construyera con la mayor cantidad de material natural posible, lo que llevó a los diseñadores del Strathmore a especificar inicialmente el yellow birch estadounidense para los suelos y paneles de madera. «A los arquitectos, y aún más a los profesionales de la acústica, les gusta la madera por su resiliencia, su cálido sonido y lo que se denomina «psicoacústica». Los clientes sienten que el sonido es más cálido en un lugar que tiene madera natural frente a otro con una superficie pintada», explica Grabowski.



Con los materiales elegidos, el contratista Clark Construction, con sede en Bethesda, Md., subcontrató el trabajo de los suelos a Master Care Flooring Inc., con sede en Baltimore. Lou O’Brien, propietario de Master Care, trabajó con un prodigioso equipo de 18 hombres, que constituyó con personal de su propia compañía y de empresas de las zonas circundantes. El equipo trabajó 10 horas al día, de seis a siete días a la semana, durante 12 semanas.



El trabajo de producción de los suelos de madera de frondosas comenzó con la preparación del subsuelo, que resultó ser una de las partes más difíciles del proyecto. «Llevó casi tanto tiempo conseguir aplanar el hormigón como instalar los suelos», asegura O'Brien. «Todas las escaleras tenían tolerancias muy reducidas para los estándares de la Ley de Ciudadanos Estadounidenses con Discapacidad [Americans with Disabilities Act, ADA]. Los instaladores del hormigón debían cumplir dichos estándares, pero en el momento en que llegamos nosotros, ellos ya no estaban, de modo que esta labor pasó a incidir en nuestro ámbito de trabajo». A causa de la premura de tiempo, el equipo de O'Brien tuvo que preparar los suelos con el andamiaje todavía montado. Una vez aplanado el subsuelo de hormigón, el equipo de Master Care instaló madera contrachapada CDX de 3/4 pulgadas con adhesivo de uretano curado por humedad y sujeciones mecánicas, y se usó un subsuelo especial con amortiguación de sonido en el escenario, ya que en él la acústica era particularmente esencial.



Cuando finalmente el subsuelo estaba preparado, el equipo de Master Car empezó a instalar la madera de frondosas. El diseño original contemplaba el uso de yellow birch estadounidense teñido; no obstante, después de ver el color de las paredes O'Brien sugirió utilizar red birch estadounidense, ya que el color de la especie conjuntaba con el de los paneles murales de yellow birch teñido. Los diseñadores estuvieron de acuerdo con la sugerencia de O'Brien, y eligieron red birch previamente lijado de 3⁄4 por 21⁄4 pulgadas para el área de la sala de conciertos y maple de 33⁄32 por 21⁄4 pulgadas para el escenario. El Centro de Educación contiene maple y yellow birch de primera y segunda calidad.



Originalmente, los diseñadores querían que se cortase cada pieza de suelo a medida. No obstante O'Brien optó por no hacerlo. «Podríamos haberlo construido todo a medida, pero el coste habría sido astronómico y el resultado final no habría cumplido los plazos», explica O'Brien. Por este y otros problemas, O'Brien atribuye el mérito a Sue Hains, directora de proyecto del arquitecto asociado Grimm + Parker Architects, con sede en Bethesda, Md, y al contratista, Dennis Kuhn, por tomar las decisiones y asumir la responsabilidad cuando el trabajo tuvo que desviarse del diseño original.



Seguidamente, el equipo de O'Brien instaló los suelos sección por sección. Dado que la mayoría de estas áreas requerían un corte y un montaje de precisión, O'Brien empleó a más de 10 carpinteros. «Los llamo carpinteros, pero eran instaladores de suelos con un alto nivel de competencia para realizar ese trabajo a medida. En ese momento estábamos básicamente montando los armarios, y el trabajo tenía que ser impecable», explica O'Brien.



Una decisión aprobada por Hains y Kuhn fue el uso de una herramienta que desarrolló un amigo de O'Brien, Steve Thomas de East Hill Millwork, con sede en Nueva York, para cortar las áreas difíciles de los palcos y la escalera. Esta herramienta a la que dieron el cariñoso mote de «supersierra» era una sierra circular con ruedas de patín fijadas a la parte inferior. Las ruedas seguían el contorno del hormigón, lo que permitía a la sierra cortar a lo largo del radio y reducir considerablemente el tiempo de corte.



Para complicar aún más el corte a medida, la Ley de Ciudadanos Estadounidenses con Discapacidad [Americans with Disabilities Act] requiere que los suelos tengan una tira de color contrastante de 21/4 pulgadas en el borde de las escaleras y otros desniveles. Para cumplir con tal disposición, O'Brien utilizó una moldura de maple. Una vez cortado el suelo de red birch para montar, el equipo usó un encaminador y una ranuradora especial para insertar la moldura en el suelo. La moldura de 11/8 por 3/4 pulgadas, con aspecto de tira característica, se fresó especialmente para que fuera de doble lengua. Los trabajadores la introdujeron en la ranura, como si se tratara de una cuña, aplicando golpecitos para fijarla en su sitio, y posteriormente la encolaron y fijaron con tornillos de ajuste. En la parte frontal de la tira de doble lengua, O'Brien puso una pieza de moldeo sobre un tapón terminal, que parecía un reductor de gran tamaño y tenía una ranura en la parte posterior para su bloqueo. «Para el edificio hicimos casi 3/4 de milla de moldura de esa tira de doble lengua, como la llamamos», explica O'Brien.



Si bien este tipo de trabajo radial era un procedimiento típico para los palcos, O'Brien se enfrentó a distintas dificultades al llevarlo a cabo en la zona principal de asientos, que debían construirse a lo largo de una colina fuertemente inclinada que imita la forma del paisaje. Los suelos bajo los asientos iban de norte a sur, mientras que los de los pasillos iban de este a oeste, y O'Brien tuvo que «unirlos en el medio». «No fue un corte preciso», aclara O'Brien, «pero de una precisión casi perfecta». Y luego volvimos y encaminamos una tira de resalte de red birch de 1/4 por 11/4 pulgadas, que seguía el radio de los asientos».



Los peldaños del Centro de Música, que ascendieron a más de 200 en la sala de conciertos, se construyeron in situ. Con el fin de que las escaleras estuvieran niveladas y fueran de calidad de carpintería prefabricada, O'Brien comenta que para completar cada una se tardó más de cinco horas.



Esa dedicación queda reflejada en el resultado final. Según Grabowski, los que construyeron el Centro de Música pueden enorgullecerse de la artesanía del edificio. De hecho, los futuros estudiantes y artistas, así como la comunidad en su conjunto, apreciarán el Centro de Música de Strathmore como obra maestra plástica y acústica para las generaciones venideras.

Architect: William Rawn Associates

Wood Species: American yellow birch