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The Invisible Store of Happiness («El contenidor invisible de felicidad»): informando

A finales de septiembre, The Invisible Store of Happiness («El contenedor invisible de felicidad»), de Sebastian Cox y Laura Ellen Bacon, se instalará en el arco de la Orden de San Juan de Clerkenwell y en la feria de muestras 100% Design, durante el Festival de Diseño de Londres, tras meses de pensar, diseñar y fabricar. El proyecto habrá finalizado.

No obstante, en cierto modo esto es solo es el principio. La función de la instalación, en palabras de David Venables, director de marketing de AHEC, es la de «informar el debate», lo que según él se consigue suscitando preguntas más que dando respuestas. «Debe hacer pensar a la gente: “¿Cómo lo han hecho?” o “¿Qué diablos es esto ?”», explica. «Me encanta porque ya me parece estar oyendo todas estas preguntas: “¿Por cuánto tiempo va a estar aquí?” “¿Qué tipo de madera es esa?” y “¿Quién lo ha hecho?”».

«No creo que mi labor sea conseguir que la gente compre más maderas de frondosas estadounidenses», añade. «Creo que mi trabajo es crear un entorno en que la gente opte por usar madera de frondosas estadounidenses porque la conoce más». Este conocimiento lo abarca todo, desde la artesanía hasta las preocupaciones ambientales.

«Uno de los debates que estamos abordando es el de la importancia de la artesanía y lo que sucede cuando se pone a trabajar juntos a dos excepcionales artesanos», explica. «Nuestro trabajo consistía en elegir a los profesionales adecuados, depositar nuestra confianza en ellos y dejar que el proceso se desarrollara. La creación implica establecer relaciones y cada vez que emprendemos uno de estos proyectos aprendemos más sobre ese proceso colaborativo. Creo que es muy valioso».

La otra cuestión que nos interesaba relativa a la artesanía era explorar al máximo lo que puede llegar a conseguirse con esta madera desde el punto de vista técnico. «Sebastián y Laura fueron improvisando continuamente», explica David. «Ha sido un experimento constante. Ahora mismo, uno de los retos que tiene la madera es el de incorporarse al ámbito de la innovación, y estamos aprendiendo continuamente en este sentido. Como resultado de este proyecto podríamos escribir un manual sobre la madera de frondosas curvada con vapor».

Los dos diseñadores han estado compartiendo lo que han aprendido durante todo el proceso, no solo con AHEC, sino también con el equipo de becarios y estudiantes. Hay un tipo de conocimiento que solo puede adquirirse haciendo algo uno mismo: es un conocimiento «práctico», más que «teórico», y uno que Sebastian y Laura están dispuestos a compartir con quien esté lo suficientemente interesado como para echar una mano.

Y, por último, está el impacto ambiental, que es el aspecto en que realmente sale triunfante la madera de frondosas estadounidenses. «Soy de marketing, por lo que busco ventajas», señala David. «Tenemos algunas maderas magníficas con las que pueden realizarse estructuras eficientes, que se sabe que son asequibles y duraderas a largo plazo». Los bosques de frondosas de los Estados Unidos son tan grandes que la madera utilizada en The Invisible Store of Happiness («El contenedor invisible de felicidad») se regenerará en el tiempo que se tarda en recorrerlo de un extremo al otro. El proyecto se ha sometido en su totalidad a un proceso de evaluación de ciclo de vida ambiental (LCA), y la conclusión es que la huella de carbono de toda la estructura, desde el inicio hasta el final, es de solo 173 kg equivalentes de CO2, lo que representa una huella menor que la de un iPad Air 2.

«Cuando comenzamos este proyecto, no tenía la menor idea de cómo acabaría siendo», señala David, «pero tenía una cosa clara: que cuando pasáramos bajo ese arco, generaría emoción. Sabía que la gente querría tocarlo, independientemente de si les gustaba, lo detestaran o simplemente no lo entendieran. La emoción es buena, tanto si es positiva como negativa, porque significa que la gente está pensando en nuestra obra, y eso es justo lo que pretendo que hagan: si la gente piensa en la estructura que hemos construido, esta tiene un valor inmenso».