La gran masa de tableros de madera de densidad media (MDF) requerida para el molde contribuye considerablemente al impacto ambiental, en todas las categorías. Como se trata de una obra única, todo el impacto del molde de MDF se asigna a la silla reclinable. Sin embargo, si la silla reclinable se produjera para su comercialización, los moldes de MDF se reutilizarían, por lo que el impacto ambiental se repartiría entre varios productos.

Este producto conllevaba muy pocos residuos de fabricación. Por consiguiente, se recibieron más créditos de emisión de carbono por el desecho del producto al final de su vida útil que por el desecho de residuos de fabricación.

Si bien es tranquilizador que la carga ambiental puede compensarse con la quema del producto al final de su vida útil, la silla reclinable, en tanto que mueble duradero y atemporal, debería durar toda la vida. Esto reduce al mínimo los impactos asociados a la sustitución y significa que el carbono almacenado en el producto complementa el almacenamiento de carbono que se acumula en los bosques de los Estados Unidos.