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Debemos utilizar más (no menos) madera de frondosas en nuestros productos

Creo que el motivo por el cual los diseñadores y los consumidores de Europa todavía tienen serias reservas sobre el uso de cualquier madera de frondosas es el flujo constante de publicidad sobre la deforestación tropical. Sin embargo, la realidad es que los bosques de frondosas no están disminuyendo, sino que se están expandiendo en Norteamérica y Europa. Por ejemplo, el volumen en pie de maderas de frondosas estadounidenses representa más del doble que el registrado en los últimos cincuenta años en los bosques de los Estados Unidos. Es un hecho del que informamos ampliamente aportando datos para demostrarlo.

Entendemos que la sostenibilidad no radica solo en el hecho de cultivar más árboles de los que se extraen, sino también en el modo de especificar y usar la madera. Creo que los diseñadores y los fabricantes tienen la responsabilidad de utilizar estos materiales de madera de frondosas de manera eficiente y aprovechar lo que produce la naturaleza. Por lo tanto, es alentador constatar que se ha evolucionado mucho desde los tiempos en que la fabricación de muebles de madera se centraba solo en el uso de líneas rectas y colores homogéneos, lo que yo denominada «aspecto plástico». Ahora, en cambio, está de moda el «aspecto rústico»: se buscan las variaciones de color, se incluyen los nudos y se consideran características singulares los veteados de fibra arremolinados, todo lo cual supone que se aproveche más madera de cada árbol.

En Europa se ha pasado de usar maderas de frondosas tropicales a maderas de frondosas templadas, lo que se debe en parte a que su disponibilidad ha cambiado y en parte a la nueva legislación ambiental, pero, sobre todo, a los cambios que se han producido en la moda. Las maderas de frondosas templadas ofrecen una mayor gama de colores, características y veteados de fibra, que entusiasman a los diseñadores. Sin embargo, resulta frustrante que, con esta magnífica selección, el mercado parezca centrarse solo en el roble blanco y el nogal en los últimos años. Es hora de que utilicemos más especies, no solo en aras de la sostenibilidad, sino también para ofrecer más opciones a los consumidores. 

¿Qué ha pasado con el arce y el cerezo? ¿Por qué no fabricamos más muebles con estas hermosas maderas de altas prestaciones? Estas son las preguntas que nos hemos estado planteando, así como el motivo por el cual nuestros proyectos y colaboraciones de este año se centran en estas especies. No somos los únicos en detectar cambios. En el Salone de Milán, el pasado abril el fabricante de muebles y líder del mercado italiano RIVA 1920 usó el cerezo en algunas de sus líneas de productos por primera vez en muchos años.

Hace miles de años que usamos madera de frondosas, pero creemos que ahora tiene más sentido que nunca. A la gente le encanta su tacto, su olor y su aspecto, que es lo que les lleva a comprarla, consumirla y trabajar con ella. Por consiguiente, si a ello le sumamos la enorme contribución ambiental que esa madera puede realizar como material renovable y de bajo impacto ambiental que almacena carbono, sería casi irresponsable no hacer más uso de ella.