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MAKING

«Ahora mismo, uno de los retos que tiene la madera es el de incorporarse a la innovación, y estamos aprendiendo todo el tiempo en este sentido. Podríamos escribir un manual sobre madera de frondosas curvada con vapor para explicar uno de los resultados obtenidos por este proyecto», explica David Venables, director de Marketing de AHEC. 

Un reto adicional fue que hasta que la madera no salió del barco procedente de los Estados Unidos, los diseñadores simplemente no conocían el material con que debían trabajar. «Tuvimos que diseñar esta cosa para asegurarnos de que funcionaba con cualquier longitud, independientemente de las calidades de madera que llegaran. Y esta es una cuestión importante. De toda la madera que crece en el bosque, no solo puede utilizarse el material bueno: hay que usar madera de albura, longitudes cortas y trozos no demasiados rectos», explica Sebastian. 

Aunque Sebastian Cox y Laura Ellen Bacon fueron los principales diseñadores del proyecto The Invisible Store of Happiness, trabajaron con un equipo, con el que tuvieron que enfrentarse a los retos del diseño para poder materializarlo. Tardaron dos semanas solo para producir la materia prima con la que el equipo iba a trabajar. Y cada vez que se enciende una máquina, también lo hace un cronómetro. 

Las fichas técnicas enumeran la cantidad de CO2 utilizado por cada máquina por hora, lo que permite el equipo calcular el coste de carbono total del proyecto. «Estoy ansioso por reunirme con el equipo de análisis del ciclo de vida de AHEC para revisar los datos», confiesa Cox, visiblemente nervioso. La madera de las «extensiones» del interior de la estructura se corta con una molduradora de husillo y una pila de láminas circulares de giro. Las ranuras se cortan paralelas a la longitud de la madera, lo que da lugar a cintas de madera maleables atadas al extremo sin cortar.

Las cintas se remojan en agua para imitar la madera verde tradicionalmente utilizada para el curvado con vapor, y se vaporizan para que queden lo suficientemente flexibles como para poder darles forma a mano. «Son realmente bonitas y, casualmente, similares al willow con el que suelo trabajar», afirma Bacon. La madera se fijará al bastidor con una junta entallada en un extremo y en el otro se anclará en ranuras de la estructura. «Mi intención es torcer y flexionar cada cinta al máximo sin romperla», añade la escultora. «Algunas no se doblan casi nada mientras que otras sí lo hacen, creando una sensación real de volumen y movimiento».