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Centro de Visitantes del Valle Salado de Araña

El equipo del taller de Landa-Ochandiano, en España, eligió el ash estadounidense como opción natural para un edificio que se erige como testimonio de una de las industrias más antiguas de España: la producción de sal.

El diseño simple del Centro de Visitantes del Valle Salado de Añana, inaugurado en octubre de 2008 en la provincia de Álava, combina elementos antiguos y nuevos, por lo que el atractivo estético y la flexibilidad del ash estadounidense convertía a esta especie en la opción idónea. 

Mikel Landa, uno de los arquitectos responsables del proyecto, explica: «El tono claro y la marcada fibra del ash estadounidense proporcionan un magnífico efecto visual, además de que la madera es fácil de cortar en tiras pequeñas, lo que permite la flexión que necesitábamos para la forma de la piel del edificio. De alguna manera, el edificio se asemeja al casco de una nave, por lo que la madera es la opción natural».



HISTORIA Y RESTAURACIÓN DEL VALLE SALADO DE AÑANA

Las Salinas de Añana son unas salinas ubicadas tierra adentro. Deben su existencia al fenómeno geológico denominado diapiro, por el que se crean manantiales hipersalinos.



La actividad de producción de sal ha sido continua desde el año 822 hasta finales del s. XX, aunque se cree que empezó incluso antes del s. IX. En la Edad Media, la sal de estas salinas se vendía por toda la Península Ibérica. Por una serie de circunstancias que se produjeron en los últimos años del s. XX, los productores de sal tuvieron que trabajar en otras industrias y los edificios quedaron en mal estado por falta de mantenimiento.



En 2003 se inició un plan maestro de restauración, que incluía la remodelación de algunos edificios situados entre la ciudad y las salinas. Las obras comenzaron en 2004 con la restauración del antiguo almacén de sal, que se convertiría en un centro de visitantes.  



PROYECTO

Como del almacén de sal solo quedaban en pie los muros perimetrales, al principio la idea fue convertirlo en un centro de visitantes para exposiciones, muestras y visitas guiadas sobre lo que había sido una industria importante para la zona durante cientos de años. Más adelante, la idea es que este edificio se use como centro comercial en que los visitantes puedan comprar sal producida con el método tradicional.



De edificio todavía existía la base sobre la que desarrollar los nuevos elementos que constituirían una mezcla de lo antiguo y lo nuevo.       



GÉNESIS

El proyecto se basó en un diseño simple para el centro de visitantes. Al ser elíptica, la forma exterior reunía todos los requisitos para habilitar un área de exhibición práctica y encuentro, y un interesante espacio interior con una iluminación tenue para crear ambiente. Esta forma geométrica se compone del tejado del edificio, unido a las paredes de albañilería en ambos lados y al suelo. Tiene un corte oblicuo en el lado este que crea el acceso al edificio, con dos otras aberturas laterales.



La inspiración para el diseño, el material y la estructura provino de la experiencia adquirida por el arquitecto al construir su propio kayak, usando madera para poder darle su singular forma curva. Así, el diseño se asemeja a un casco de barco volcado.   



ESTRUCTURA

Hay diecisiete arcos verticales hechos de gruesas capas de 12 mm de madera de alerce laminada. Los elementos rectos y curvos se encolaron en fábrica, por lo que las estructuras se construyeron en dos mitades y se ensamblaron en el emplazamiento de construcción. Las juntas se hicieron con resinas de epoxy y pernos roscados de acero inoxidable. Las zapatas de acero de soporte se fabricaron de acero inoxidable porque el edificio está situado en un entorno hipersalino que provoca corrosión.                   



ENTABLONADO   

Las estructuras están conectadas entre sí por tiras de ash estadounidense colocadas en dos capas: una de ellas fijada directamente a la cara superior de los arcos y la otra fijada a la cara inferior. En la cara externa de la capa superior se ha aplicado sellante impermeable. La parte inferior de madera de ash estadounidense es visible desde el interior.



El ash estadounidense se seleccionó por motivos estéticos y mecánicos. Por un lado, esta madera tiene una gran calidad visual por su fibra marcada, que hace sentir como si se estuviera en el casco de una embarcación. Además, esta especie es fácil de mecanizar en tiras pequeñas, lo que ofrece la flexión necesaria para adoptar la forma de la piel del edificio.



Para obtener las dos capas de ash estadounidense se usaron tableros de 8 mm de grueso y 25 mm de ancho con una cola de milano curva para que el encaje de un tablero con el siguiente formara un torneado entre ambos. La superficie se lijó para darle su aspecto final y las tiras de ash estadounidense se encolaron en el borde de las colas de milano para montarlas en su sitio. 



EXTERIOR

El exterior se completó con una tercera capa de madera colocada en el exterior para crear la superficie externa visible. Para esta función se eligió madera de ipé por sus propiedades de desgaste natural y buena durabilidad. 



Esta capa de madera de ipé está fijada en tiras rectangulares de 8 mm de grueso y 25 mm de ancho, con un espacio de 8 mm entre sí. La disposición permite que el agua fluya a la capa impermeable sellada de debajo, situada sobre la capa externa de ash. Para ello se ha usado un sellado impermeable elástico de un componente. Con el fin de que los tableros adopten la forma de un elipsoide, el espacio entre los tableros varía de 8 mm a 12 mm según el radio de la curvatura transversal, que difiere a lo largo de la forma.



TEJADO

El tejado del edificio tiene una sección horizontal construida con un marco de madera de glulam de alerce y un tablero de contrachapado fenólico. El sello impermeable del exterior es visible y está ubicado justo encima del tablero de contrachapado. El agua de la lluvia procedente de la azotea y de la elipsis corre a través de dos canales de acero inoxidable, que adoptan la forma de la pared y del elipsoide. La sección del canal tiene tres hojas, la primera de ellas plana, la segunda cilíndrica y la tercera con forma elipsoidal, todas ellas unidas mediante soldadura.



INSTALACIONES

Entre las dos capas de ash estadounidense hay una capa gruesa de aislamiento de lana de roca. Los muros perimetrales de albañilería son visibles desde el interior en las intersecciones de la piel elipsoidal. El sistema de calefacción del edificio es un suelo radiante eléctrico.



El arquitecto, Mikel Landa, explica: «Las condiciones ambientales de alta salinidad, los requisitos de la estructura y la idea del elipsoide nos llevaron a seleccionar la madera como material principal. Se ha usado madera para la estructura, el envolvente interior y exterior, la carpintería y algunos suelos. El uso de distintas especies, en consonancia con sus características mecánicas, tecnológicas y estéticas individuales, ha producido un singular edificio que demuestra la adaptabilidad de este material naturalmente sostenible».

Architect: Landa-Ochandiano Architects

Wood Species: American ash

Photography: AHEC